La quinta generación del auto deportivo por antonomasia de Honda, más que un portento de tecnologías, es una muestra de que, cuando se pone la dedicación más que necesaria, la puesta a punto de los componentes mecánicos principales, como suspensión, dirección y frenos, se puede obtener un auto simplemente sensacional.

En lo personal, esta configuración europea de cinco puertas me gusta mucho, y es justo en la que se han basado para hacer el Type R. Según los directivos de Honda en Europa, para la creación de este modelo han partido desde cero, ya que, al mismo tiempo que se creaba y desarrollaba el Civic europeo, se daba forma en paralelo al Type R. Si bien el cuerpo es de la línea de producción se buscó aligerarla y tiene un centro de gravedad más bajo.

Según lo explican los especialistas de la marca, el tren de potencia tiene desarrollos tecnológicos y de ingeniería novedosos, por ejemplo, el nuevo volante de inercia convencional aunado a una nueva caja de cambios manual de seis velocidades reduce en un 25% la masa de inercia del embrague y se combina con una desmultiplicación final 7% menor para mejorar la respuesta en aceleración.

La función de nivelación de las revoluciones de la caja de cambios hace que los cambios sean más suaves, eliminando el indeseable “choque” de transmisión asociado al exceso o insuficiencia de revoluciones. Este hace de manera automática la acción del “Punta-Talón” tan socorrida para mantener las revoluciones de un motor turbocargado en competencias.

El sistema avanzado de suspensión delantera reforzada es de doble eje y su puesta a punto reduce la desviación, mejora los giros extremos y la sensibilidad del volante. En la parte trasera, la nueva suspensión multibrazo del Type R mejora el confort de conducción y la estabilidad a altas velocidades.

La dirección asistida eléctrica de relación variable de doble piñón es nueva en el Type R y utiliza un sistema similar al del Civic estándar, pero optimiza la relación variable para proporcionar una sensación más directa y segura a altas velocidades.

La potencia máxima del motor TURBO VTEC de 2.0 litros, que ha sido optimizado y mejorado, es de 306 bhp a 6,500 rpm y un par máximo de 295 libras-pie entre 2,500 rpm y 4,500 rpm. Acelera de 0-100Km/h en tan sólo 5.5 segundos y continúa a la velocidad máxima 270Km/hora. Según las cifras, es el automóvil más veloz de su clase, los compactos de tracción delantera, tanto que ha marcado un récord en Nürburgring de 7 minutos 43.8 segundos.

Para mejor precisión en las intenciones de desempeño tiene una selección de modos de conducción, que añade un ajuste “Confort” al modo predeterminado “Sport” y al modo “+R” este último es justo para ir en pistas. Este ajusta la adaptabilidad de la suspensión, la geometría de la dirección y la respuesta de aceleración del vehículo según las exigencias.

Es el Civic, más ancho, largo y bajo de la historia y cuenta con alerones más cortos y líneas robustas, alargadas. El frontal agresivo y afilado, denota las capacidades deportivas de este auto mientras que las marcadas salpicaderas proyectan musculatura. Para mejorar la aerodinámica incluye bajos lisos, una cortina de aire delantera, un alerón trasero delgado y generadores de vórtices en el borde posterior de la línea del techo.

El interior toma, obviamente, la configuración básica del Civic europeo, pero el panel de instrumentos se puede configurar para presentar los datos de aceleración y frenado en formato de gráficas de porcentaje, además de la carga del turbo, el tiempo de cada vuelta, luces indicadoras de cambios e incluso un medidor de fuerzas G gráfico. El sistema de audio es de 540w de salida y 12 bocinas con compatibilidad con las plataformas Android Auto y Apple CarPlay, así como sistema Bluetooth para el teléfono y streaming de audio.

En cuanto a seguridad, tiene frenos ABS, control de estabilidad, distribuidor electrónico de la fuerza de frenado, monitor de asistencia de cambio de carril, asistente para arranques en pendiente, seis bolsas de aire, etcétera

En nuestro primer contacto, que debo destacar que es la primera vez que conduzco en el Autódromo Hermanos Rodríguez de noche, sin iluminación de auto de carreras y con una pista pasada por agua, con algunas zonas secas; di cuenta de un auto netamente deportivo, que me resultó menos duro de lo que esperaba, plenamente dócil, que hace el punta-talón de forma automática, con una precisión en la dirección muy alta y con frenos sobresalientes para las exigencias en una pista de Gran Premio.

Desde que me adentré en la cabina se percibe el ambiente “Racing”, con asientos deportivos, levemente duros; un panel de instrumentos de gran iluminación y fácil de leer, una palanca de transmisión con transiciones entre cada cambio cortos y de vástago reducido, pedales con decoración metálica y un volante de circunferencia también corta. Luego de ahí, el ruido del motor es embriagante, gracias al resonador de sistema de escape, y las aceleraciones las hace sin dramas, es decir, usted poder notar como pasan cada vez más rápido los postes de las dovelas de los costados de la pista mientras escucha un rugido cada vez más intenso, pero de no ser por eso apenas se da uno cuenta que la velocidad se incremente muy rápidamente. Es muy plano el momento en que la tracción delantera jala el resto del auto y pasa en cada cambio sin sobresaltos.

En curvas cerradas se contiene demasiado lateralmente, pero no tan duro como para dar al traste la comodidad y en curvas más abiertas parece ir como plancha. Pareciera que a los frenos les gusta la frenada intensa y además no mostraron el más mínimo desvanecimiento, aun cuando antes de subirme ya habían pasado otros colegas a dar vueltas al circuito.

En todo momento se percibe que por si, la ingeniería mecánica hace su trabajo y es sólo en momentos comprometidos cuando entonces la tecnología toma sus previsiones para mantener todo en orden. Me parece que hace muchas cosas bien, sólo que ya no le exige al conductor tanto como otros modelos de la competencia. Es muy noble, perdona los excesos, los corrige y ya no es tan necesario poner al volante la experiencia acumulada en pistas de parte del conductor. Únicamente, al salir de la tercera curva del autódromo sentí un leve sobreviraje que corregí yéndome un poco más ancho en el trazo que lo planeado originalmente.

El precio es de 729,900 pesos y cabe destacar que se fabrica en la planta Honda UK Manufacturing, en Swindon, Reino Unido; que es la central de producción global de la décima generación del Civic 5 puertas. Es la primera vez que un modelo Type R con la insignia de Honda se vende oficialmente en Norteamérica.