
Yamaha Super Tenere, de propósito doble y de espíritu rudo
Por Ricardo Silverio
Durante el periodo comprendido de los años 1989 a 1994, Yamaha desarrolló la motocicleta Tenere que estaba pensada y hecha para el mundo de los rallys tipo raid, como lo es el emblemático Dakar. Aquella primera entrega contaba con un motor de 750 cc que desarrollaba una potencia de 69 hp.
Los años pasaron y las reglas cambiaron en el Dakar, ya que se redujo la cilindrada debido a que cada año se desarrollaban mayores velocidades, con el consecuente peligro para los pilotos. Así, el final de este nombre inspirado en el Desierto del Ténéré en el Sahara parecía decidido.
Tuvieron que pasar poco más de 15 años para que este nombre resurgiera y una de las primeras entregas fue el modelo conceptual del 2009, mismo que sorprendió con su carenado que simulaba ser un turbante beduino que solo dejaba entre ver un par de ojos de luces LED. Esa versión ya contaba con un motor de 1200 cc y gracias a la respuesta del público y la necesidad de la marca de una moto de este tipo, la espera no fue tan larga y el modelo de producción llegó en 2010.
En el presente la Super Tenere ya es relativamente vieja con respecto a recientes lanzamientos de su competencia directa, como lo es la gama GS de BMW, Adventure de KTM y la África Twin de Honda. Cinco años de vida en una industria tan pujante pueden ser armas de venta para el comprador que busca más comodidad y seguridad en su moto. Por otra parte, esa experiencia ganada por la Tenere se traduce en un manejo más de hombre/máquina y no de hombre/máquina/computadora.
Apartado mecánico
A finales del año pasado la Super Tenere tuvo algunos cambios menores a nivel estético y de reducción de peso pero las cosas a nivel mecánico se mantienen. La fórmula es sencilla y poderosa, un bloque de cuatro tiempos de dos cilindros enfriado por aire de 1199 cc que genera 110 hp y un par motor de 117 Nm.
La caja de cambios asociada es de seis marchas y la transmisión de potencia al eje trasero es mediante cardán. Estos datos son más que suficientes para mover los 257 kg del conjunto, mismo que tiene una longitud de 2,255 mm y una altura regulable del asiento de 845 y 870 mm.
Esta experimentada moto tal vez no cuente con toda la artillería actual de tecnología que ofrecen sus competidores, pero eso no quiere decir que carezca de ella, ya que de serie cuenta con frenos ABS, control de tracción con tres modos de funcionamiento y acelerador con dos modos que dependerán del uso ya sea en ciudad, carretera o terracería.
Diseño
En este punto la Super Tenere cuenta con una gran ventaja y es que ésta doble propósito se diferencia visualmente de las motos de la competencia con una imagen que se olvida de las líneas estilizadas y afiladas por formas más robustas y rudas. Esto lo podemos ver desde la gruesa tijera de suspensión delantera, las formas de las molduras laterales del tanque, tubos de escape, asiento ancho y los rines multi rayo que dan una vista de mayor tamaño.
Tal vez lo único que se desfasa de esta vista es el frontal, con dos pequeñas luces y parabrisas, pero que han servido para darle una identidad al modelo, aunque extrañamente la Honda África Twin se parece demasiado en esta parte y podría causar cierta confusión.
Sensaciones de manejo
El segmento de las motos doble propósito es uno de los más completos ya que como su nombre lo indica podemos estar en pavimento y terracería, si bien no es una súper deportiva ni una moto de enduro se desempeña muy bien en esos terrenos brindándonos algo muy importante, seguridad de manejo y confianza.
A primera vista la Super Tenere pareciera ser muy alta y pesada, y bueno… lo es, pero no es algo que estorbe o nos cause pánico, ya que una persona de 1.70 podrá ir cómodamente sentada y manteniendo contacto con el piso, el peso se encuentra repartido en la parte media/baja lo que mejora la sensación de control a baja velocidad. El sonido del motor es ronco, y recuerda (salvando las distancias) a los autos muscle car de antaño. Las manetas de freno y clutch tienen un tacto de medio a suave por lo que un día en tránsito citadino no será un martirio para las manos del piloto.
Yamaha ofrece dos modos en el sistema de aceleración, denominados T-Mode y S-Mode, el primero brinda una aceleración suave, ideal para ciudad, velocidad de crucero en carretera o seguridad en tierra, mientras que el modo Sport libera el potencial del motor para tener una mejor aceleración y libertad de derrape en los caminos si pavimento.
El control de tracción es casi imperceptible pero ayuda muy bien en situaciones de poca adherencia, tal vez lo que Yamaha debería agregar a esta moto es la posibilidad de desconectar el ABS de manera sencilla para las situaciones de tierra, aunque debemos decir que la gestión del control de tracción y aceleración no limitan mucho esta finalidad y podemos derrapar con relativo control.
El manejo en ciudad es sencillo, aun con las dimensiones, los topes y baches son algo fácil para el modelo, solo basta con pararse en los posa pies y dejar que la suspensión trabaje sin problema alguno, si combinamos esto con el modo touring de aceleración tenemos una moto que puede usarse a diario que además por su distancia libre al suelo puede pasar superficies inundadas sin mucho problema.
Pero la ciudad no es su hábitat natural, por lo que optamos por realizar un largo viaje, uno que nos presentó todos los elementos para los que está hecha esta moto. Un recorrido de alrededor de 1.300 km que nos llevaría por carreteras de cuota, caminos sinuosos, poblados con topes que parecieran banquetas y terracería, aunado a esto lluvia, frío y temperaturas que rebasaban los 35 grados.
El recorrido por las largas rectas carreteras es realmente cómodo en cuanto a la posición de manejo pero el parabrisas aun cuando lo elevemos manualmente no alcanza a disipar toda la turbulencia, algo que a lo que pronto nos podemos acostumbrar. El curveo en esta parte es mínimo y bastan un pequeño movimiento de cadera para apuntar con un paso por curva rápido. Aquí se puede jugar con los modos “S” y “T”, el segundo para ir relajados y el primero para desarrollar mayor velocidad, donde pudimos desarrollar alrededor de 220 km/hr con plena estabilidad aunque un exagerado consumo de combustible. Los frenos son potentes y gracias al control de tracción no presenta movimientos nerviosos en situaciones de pánico.
El camino nos llevó por zonas áridas y playa, donde la refrigeración y disipación del calor son realmente sobresalientes ya que todo el calor que se genera no va a parar a las piernas del piloto. Debido al extraño clima que vivimos tuvimos zonas con lluvia realmente fuerte, pero aun así la moto se mostró estable en curva y frenos.
Pero la prueba más importante que vivimos (y sin buscarla) fue un tramo de muchos kilómetros de camino sin pavimento, solo aplanado o eso debería ser ya que había un sinfín de hoyos y tierra suelta, esto en el papel sonaría a un problema pero solo bastó relajar el cuerpo, pararse en los estribos, poner el modo S y comenzar a sonreír mientras pasábamos por este tramo, que también presentó partes con lodo, pero nada fue un verdadero problema para esta moto.
Conclusión
La Yamaha Super Tenere es una de las mejores opciones del mercado para aquellos pilotos de la vieja escuela que buscan sensaciones de manejo y no tanto tecnología que haga la mayor parte de las cosas. Un manejo y forma ruda hacen de la Super Tenere un tanque de guerra, una máquina fiable que “aguantará” todo camino que le presenten y si se le colocan llantas con tacos las posibilidades se multiplican en tierra. Todo esto por un precio menor a su competencia directa.
FICHA TÉCNICA
Motor: DOHC 4 tiempos
Cilindrada: 1199
Suspensión delantera: Horquilla telescópica invertida
Suspensión trasera: Monoshock progresivo
Freno delantero: Disco doble hidráulico con ABS y UBS
Freno trasero: Disco sencillo hidráulico
Transmisión: seis velocidades
Capacidad de combustible: 23 litros
Peso en orden de marcha: 261 kg
Precio al mes de septiembre de 2015: $234, 900 00