La contaminación atmosférica ha provocado 17 mil decesos

La contaminación atmosférica ha provocado 17 mil decesos

El tema de la contaminación atmosférica y su impacto en nuestra salud es cada vez más mencionado porque es un problema que se agrava por no recibir una atención adecuada de autoridades responsables.

Recientemente diferentes organizaciones no gubernamentales como El Poder del Consumidor, El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), El Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP), Greenpeace, El Centro Mexicano de Derecho Ambiental, Bicitekas y Fundación Tláloc, dieron a conocer datos importantes que no siempre se difunden.

El primero de ellos es la mortalidad relacionada con la mala calidad del aire. Se estima que durante el año 2010 fallecieron en México alrededor 17 mil personas. En este sentido, José Luis Texcalac, investigador en salud ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló que esta cifra es aproximada porque no todas las ciudades del país existe la infraestructura de monitoreo adecuada e información suficiente en centros de salud y hospitales para tener un número más exacto.

Texcalac añadió que el INSP está llevando a cabo un estudio más preciso que permita actualizar la numeralia y saber cómo se ha comportado este factor en los últimos años, pero diversos informes indican que la cifra se ha mantenido en un rango similar.

El segundo punto tiene que ver sobre cómo abordar los problemas que provoca en la salud la mala calidad del aire, porque no tiene que verse como un todo, pues son varios los contaminantes que cada uno produce un efecto distinto en el cuerpo humano.

Desde siempre estamos acostumbrados a pensar que las consecuencias más comunes tienen que ver con las enfermedades respiratorias, pero no es así. Por ejemplo, el CO (monóxido de carbono), inhabilita el transporte de oxígeno hacia las células, provoca mareos, dolor de cabeza, náuseas, estados de inconsciencia e inclusive la muerte.

El Benceno, del que casi no se habla, genera efectos nocivos en la médula ósea. Se asocia con el desarrollo de leucemia mieloide, daña el sistema inmunológico, entre otros. Uno más, el Plomo (Pb), causa retraso en el aprendizaje y alteraciones de la conducta.

El tercer aspecto incluye a los vehículos automotores, éstos son responsables de más del 90% de la contaminación. Xtabai Padilla, coordinadora de política climática del ITDP, dijo que la polución del aire reduce la calidad de vida de los habitantes en una ciudad y que se pueden llegar a perder hasta cinco años de nuestra vida en el tráfico.

El siguiente rubro está relacionado con el anterior y se trata del transporte público, debe existir una red suficiente y eficiente de éste si se quiere reducir el uso del automóvil.

Sin embargo como lo expuso Padilla, el gasto total ejercido en la Ciudad de México para este segmento ha disminuido desde 2011 hasta llegar a 0% en 2015, lo que genera un retraso en la solución de la movilidad en la capital.

En este sentido Mariana Tapia, investigadora del área de ciudades y desarrollo urbano del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), puntualizó que por muchas vialidades que se construyan para los automóviles, en algún momento se van a saturar.

Finalmente están las repercusiones en la actividad productiva y escolar, debido a los ausentismos de las personas que deben atender sus problemas de salud ya sea en instituciones públicas o privadas. Esto también se extiende a las autoridades que tendrán que destinar más recursos para contar con el servicio adecuado a los pacientes.

¿Qué hacer?

Ante este panorama, los organismos mencionados presentaron el Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire, el cual tiene como objetivo evaluar la política pública que incide en la calidad del aire y promover políticas que garanticen el derecho a un aire limpio.

Las organizaciones civiles que integran el observatorio plantean un trabajo de seguimiento en tres ejes:

  1. a) Redes de monitoreo
  2. b) Normatividad
  3. c) Gestión vehicular y del territorio

Relacionado con el último inciso, entre las propuestas destacan revertir la tendencia presupuestaria de seguir invirtiendo mayoritariamente en infraestructura para el automóvil particular y marginar el desarrollo del transporte público y la movilidad no motorizada; expandir y revisar la eficiencia del proceso de verificación vehicular, a pesar de los beneficios de contar con este instrumento, actualmente se reduce a 16 estados del país.

Como puedes ver, contrarrestar los efectos de la contaminación del aire en nuestra salud no es tarea fácil y tampoco es algo que cambiará en el corto plazo, pero si no se actúa principalmente desde la sociedad civil para presionar a las autoridades, el problema seguirá creciendo y nosotros junto con nuestros seres queridos seremos los más perjudicados.