Si bien el Rio Sedán que teníamos en México hasta ahora, procede de Corea y tenía un motor de mayor potencia, lo cierto es que éste, el recién salido de la planta de Nuevo León, tiene puntos de gran valor que hay que tomar en cuenta antes de emitir un juicio para su compra. ¿Valdrá perder un poco de potencia a cambio de mejor consumo?

Para iniciar por el principio, luce con renovado rostro más refinado, la parrilla, es más delgada, los faros tienen un nuevo diseño, lo mismo que las luces de niebla las que ahora tienen función de acompañamiento en LED. La novedad más importante es que estrena luces de giro en las versiones más altas.

Las líneas laterales son más marcadas y dinámicas, de igual manera se tienen nuevos diseños de rines. De aluminio. Los espejos laterales son de activación eléctrica y portan su respectiva luz de dirección y en la versión alta tienen calefacción.

La versión EX, la de más equipamiento, presenta además una cajuela inteligente, que detecta la llave cuando una persona lleva las manos ocupadas y entonces abre a la mitad la tapa. La lista de esta versión incluye in sistema de Info-entretenimiento con conectividad Android Auto y Carplay con una pantalla de 7 pulgadas.

En nuestro primer contacto dimos cuenta de un auto muy bien equilibrado. En primera instancia, aunque su motor tiene menos potencia que el anterior, ahora tiene un cuatro cilindros de 1.6 litros MPI que genera 121 caballos de fuerza y torque de 111 libras-pie, su consumo de combustible subió de 16.6 o algo así, a 18.8 kilómetros por litro en la versión manual.

Al volante, se percibe un auto muy rígido ya que se utilizó 30% más de acero de ultra-alta resistencia en relación al modelo que sucede, lo que lo hace más estable al permitir que la suspensión y dirección sean un poco suaves, pero más precisas en movimientos forzados o con un ritmo muy alegre.

La dirección tiene muy buena agilidad a velocidades urbanas y esta característica se mantiene por un buen rango de acciones. Incluso es carretera se mantiene suave, pero particularmente me llamó la atención que no se mostrara nerviosa en ningún caso, especialmente a velocidades altas, lo que habla de un excelente trabajo de programación de la computadora para estar entregando la asistencia correcta en todo momento, sin llegar a ser demasiado sensible o muy suelta.

La suspensión es también de talante suave, levemente tendiendo hacia lo firme, lo que le ayuda al ir en carretera sinuosa, para no perder la compostura al tramitar curvas continuas a ritmo intenso. De hecho, es muy dócil en curvas muy cerradas y las recorre con buen nivel de precisión. Sólo las llantas (de marca coreana) me parecieron muy duras. Y de esto último desprendería un buen consejo: cámbielas al primer momento que tenga la oportunidad por unas de mejor marca.

Los asientos me quedaron a deber un poco más de acolchonamiento, pero esto es ya más bien cuestión de gustos al respecto, sin embargo, me parecieron con mediana sujeción.

Los frenos son muy buenos ya que aun cuando los sometimos al desgaste, nunca dieron muestra de sobrecalentarse y desvanecerse. Tienen una aceptable regularidad de funcionamiento, lo mismo que de progresividad de respuesta.
El motor, ya lo habíamos dicho, es más ahorrativo, pero en la versión manual las relaciones no están tan bien escalonadas como esperaba, de hecho, es la primera vez que me gusta más la versión automática de aun auto que tiene las dos opciones de caja ya que esta última, aparte de ser muy suave, es muy atinada en la selección de la relación y a alta velocidad es más divertida llevarla en modo manual secuencial. Como sea, ambas cumplen bien en su función de consumo de combustible, pero no tienen un desempeño deportivo, más bien son para quien le gusta manejar sin sobresaltos.

En general, me gustó este nuevo Sedán, que además del desempeño hay que alabar la calidad de mano de obra con la que está fabricado. Se desempeña más ágil que su antecesor, y además mejor balanceado. Y la respuesta es si, si vale perder un poco de potencia por mejor consumo y ya en la practica, apenas se percibe el cambio.

Su precio inicia en los 231,400 pesos y hasta los 281,400 pesos.