Isabel Del Angel

Una de las marcas de más abolengo en la industria automotriz estadounidense es sin duda Lincoln, pero esta ha tenido que pasar por varias etapas en las que ha tenido que reinventarse a sí misma para seguir vigente. Una de esas etapas la estamos viviendo en estos momentos y dentro de los primeros modelos que han sido reformulados, no únicamente en lo estético, sino en su tren de potencia, desempeño y, sobre todo, en tomar y aplicar materiales de verdadero lujo; es sin el nuevo Lincoln Continental, el que si marca una nueva era para los sedanes grandes de lujo americano.

Y es que ahora tiene un toque de estética y decoración que intenta gustar más al cliente de otros mercados fuera de su país natal, Estados Unidos, para asegurar ventas, digamos en China y países árabes, con la intención de asegurar ventas más altas.

A primera vista su diseño sigue ostentando su ADN con líneas cuadradas al frente, la amplia parrilla que lo ha caracterizado y que enmarca su insignia. Los costados son suaves por lo que destacan los marcos de las ventanas con filo de aluminio de donde sale sutilmente las manijas de las puertas, que le dan un toque elegante y original.

Las líneas que salen del cofre y se recorren hacia atrás se desvanecen sutilmente y se marcan más a la altura del poste C, dándole a la parte trasera del Continental más personalidad. Otro detalle sutil y encantador es que da la bienvenida a los conductores con una secuencia de iluminación exclusiva, ya que a medida que el conductor se acerca al vehículo con la llave, la iluminación LED se enciende sutilmente, desde su facia delantera hasta desvanecerse en sus luces traseras.

Además un tapete de bienvenida ilumina el piso en ambos lados de las puertas delanteras, para recibirte, mientras que las luces interiores iluminan sutilmente el interior de la cabina. El techo panorámico del Lincoln Continental abarca completamente ésta área y la parte del frente se desliza hacia atrás.

Aunque éste modelo está pensado para altos ejecutivos, seguro que quien lo maneje los disfrutará más porque su diseño interior es atractivo y funcional. Los controles de los asientos están colocados en la puerta, por lo que encontrar la posición adecuada para conducir es sencillo, pero sí se lleva su tiempecito porque están divididos desde la cabecera, hasta el largo del sillón.

Ya no hay palancas, todo es con botones que están colocados verticalmente a la altura de la pantalla touch, en la consola central superior.

Como es un modelo dirigido a altos ejecutivos, la parte trasera está muy bien equipada, por ejemplo en la amplia codera vienen colocados los controles del sistema de audio, aire acondicionado, dos portavasos y un espacio para guardar objetos. Además de dos botones para abrir o cerrar su techo panorámico, que abarca casi todo el toldo, y otro para subir o bajar la cortina del medallón.

En las puertas traseras también están colocados controles para ajustar el asiento e incluso hay uno para mover el asiento del copiloto y en ésta botonera también se encuentra el control del masaje. Cuenta con dos ventilas de aire para cada pasajero trasero, una pequeña colocada en el poste B y la otra entre los asientos, en la consola central.

El nuevo Lincoln Continental está equipado con el Control de Torque Vectorial que, combinado con la tracción en las cuatro ruedas, transfiere la torsión a la llanta que lo requiera, ofreciendo un manejo confiable. La suspensión adaptativa se ajusta a las condiciones del camino. Se puede elegir entre tres modos de manejo: Confort; Normal o Sport.

La asistencia pre-colisión con detección de peatones utiliza radares y cámaras para escanear el camino, advirtiendo al conductor si detecta un vehículos o peatón. Si el conductor no reacciona a tiempo, el sistema tiene la capacidad de disminuir la velocidad, también puede evitar colisiones traseras con otros vehículos a alta velocidad, mientras que la detección de peatones evita impactos a velocidades bajas.

La tecnología Auto Hold puede frenar automáticamente en el tránsito, reanudando la velocidad cuando éste se desahoga. Para no tener complicaciones de estacionamiento paralelo y perpendicular, Lincoln Continental implementó sensores ultra sónicos en la parte delantera y trasera, para ayudar a localizar un espacio de estacionamiento adecuado, luego de manera automática dirige el vehículo hacia el lugar ideal, donde el conductor solo deberá controlar el acelerador y el freno.

Además cuenta con sistema de cámaras con visión 360° que utiliza la visión de las cámaras colocadas en la parrilla, así como la visión 180° de los espejos laterales, creando una visión completa de los alrededores del Continental.

Me sorprendió gratamente porque a pesar de su gran tamaño y su peso, el motor 3.0L bi-turbo V6 que desempeña 400hp y 400lb/pie de torque, responde rápidamente a la aceleración y se pueden alcanzar velocidades “divertidas” sin ningún problema y no se siente pesado. La dirección al tacto es suave, pero te lleva con precisión hacia donde la dirijas.

Con todo y que la suspensión está enfocada a la comodidad, en las curvas se siente bien plantado, sin “lancheo” que es lo que no me gustaba del modelo de mi infancia. Los frenos son potentes y responden con agilidad a la presión que se aplique con el pie. En ciudad y con su altura con respecto al piso, no tiene ningún problema en pasar por baches.

Jugando el papel de una alta ejecutiva ocupe el asiento trasero y me di cuenta que es muy cómodo porque se puede ajustar el respaldo y la cabecera, además de que el espacio es muy amplio entre los asientos delanteros y traseros.La cabina es insonora y te permite disfrutar de sus sistema de audio Revel con sus 19 bocinas.

En suma.
Lincoln va bien, si la intención es dejar de ser una marca sólo para clientes estadounidenses. Me gustó el concepto de tecno-lujo internacional y comodidad sin restricciones y el desempeño está muy bien logrado.