Hace mucho que la referencia en el segmento de las vanes europeas es Peugeot y no lo es menos para las vanes de pasajeros en ese mismo continente. Para no perder un ápice de lo logrado, Peugeot creó Rifter, que ahora sustituye a la Partner de pasajeros y en un giro más de lucidez francesa le aplicaron tantos avances de ingeniería, mecánica, electrónica y de confort, que definitivamente la colocan como una de las opciones de compra más inteligentes, por rendimiento, comodidad y precio, como nunca antes.

Si bien Peugeot no estaba en posición para crear algo totalmente nuevo y demoledor, si en cambio mejoró lo que ya se tenía basado en una plataforma hibrida, es decir: tomando la parte delantera de uno de sus vehículos de pasajeros, y añadiendo la trasera de uno de sus vehículos comerciales.

Así, se tomó la parte delantera de 3008 y la trasera de Expert, luego de eso vino un reforzamiento importante de varias secciones vitales, tanto en seguridad, como en estructura y así se obtuvo lo que para nosotros es una excelente construcción para un vehículo al que se le exigirán muchas cualidades familiares.

Lo primero que llama la atención es el hecho de que tiene una estética muy amable y menos discreta, de hecho, puede decirse que es propositiva y atrae las miradas con sus trazos delicados en algunas secciones.

Según sus creadores las proporciones de Rifter están perfectamente equilibradas, con un cofre corto y horizontal, una carrocería alta y voladizos cortos. Las barras del techo se integran plenamente, y de forma cuidada, en el diseño en conjunto y la mirada felina deja claro que se trata de un Peugeot.

Los diseñadores de Peugeot no han tenido empacho en describir a Rifter con detalles bien puntuales. “Los bordes biselados, situados simétricamente en la parte delantera y trasera, dan forma a las puertas y a las superficies acristaladas, aportando un diseño novedoso en este tipo de silueta. El embellecedor de los pasos de rueda, entallado en la carrocería, también participa en el carácter atlético del vehículo. El nuevo Peugeot Rifter está sólidamente asentado sobre el suelo”.

La suspensión delantera es de tipo Pseudo MacPherson y un tren trasero de traviesa deformable. Tanto las uniones al suelo como la dirección han sido revisadas con una nueva puesta a punto con el fin de ofrecer una sensación de desempeño como cualquier otro modelo de la marca.

El interior es muy parecido a cualquier otro Peugeot en lo que respecta a emplazamiento de elementos y hasta algunos detalles de decoración. El afamado Peugeot i-Cockpit es un elemento que realza el habitáculo y está rodeado de una calidad de acabado sin precedentes para esta gama de modelos de la marca.

Este concepto de cabina se caracteriza por un volante compacto con dos zonas planas, que permiten una mejor sujeción y facilitan la maniobrabilidad; una pantalla táctil capacitiva de 20.32 cm (8 pulgadas), siempre está al alcance de la mano y de la vista. El panel de instrumentos es elevado, con un diseño reforzado por cercos cromados y elegantes agujas rojas. En diferentes lugares hay espacios para guardar objetos muy convenientemente emplazados.

Mi primer contacto con este modelo fue muy revelador. De entrada, es el primer Peugeot en el cual su concepto de cabina en combinación con el tablero de instrumentos, me resulta agradable, la altura del asiento del conductor es muy adecuada a los usos, la posición del volante es más que pertinente y el cuadro de instrumentos, con esa posición característica de Peugeot, no se me ve interrumpida por el arco del volante. A propósito de este último, es también, como lo ha sido de forma normal en todos los Peugeot actuales, de radio más chico.

Por espacio, a lo alto, como en lo ancho, no hay inconvenientes, de hecho, pareciera ser más grande de lo que es, y de eso resulta una amplia comodidad para los ocupantes delanteros y conveniente para los que ocupan la fila central. Se puede disponer de dos lugares traseros y éstos ofrecen un excelente espacio para la pierna y rodilla, que no es común en otros vehículos de tres filas.

La puesta a punto de la dirección es más parecida a la de un auto de Peugeot que a la de una van de pasajeros, se pierde un poco de precisión en curvas cerradas continuas, a lo que abona la altura del vehículo, pero se mantiene ágil en los cambios de giro. Los movimientos de la carrocería son suaves, un tanto contenidos, sin embargo, no es nada que reste comodidad para los pasajeros. En recta y curvas amplias, se siente muy bien pegada al piso, va muy plano.

La suspensión es muy amable, y de hecho también pareciera que es la de un 3008 con amortiguadores de casi igual recorrido del vástago. Evidentemente esta suspensión, ayuda a cargar con el peso extra de dos pasajeros más, más su equipaje respectivo. Es tan amplia que el volumen de carga de la cajuela puede ir de 1,050 a 3,500 litros en la versión Active (de cinco pasajeros) y de 209 a 3,500 en la Allure (de siete pasajeros).

El motor turbo-diesel es de cuatro cilindros, 1,560cc, tiene potencia de 90 caballos y torque de 170 libras-pie, que va acoplado a una transmisión manual de cinco velocidades. Este tren de potencia es uno de los más probados y comprobados del mundo y resulta, sobre todo, muy eficiente sabiéndolo llevar. Las aceleraciones, como en todo tren de potencia diesel, se dejan sentir con el torque desde bajas revoluciones, un poco antes de las 1,300rpm.

La transmisión de cinco velocidades es adecuada a los usos, aunque si le hace falta una sexta relación, y recortar un poco la quinta. El vástago de la palanca de velocidades no es tan largo como es de suponer y la posición de anclaje de cada relación es fácil de encontrar. Es una cabina muy ergonómica.

El desempeño del tren de potencia es muy adecuado al caso, para manejar en familia, sólo que, en ocasiones, en carretera hay que tomar en cuenta que las aceleraciones no son tan inmediatas como para rebasar o recuperar velocidad si se tratara de un auto de gasolina con motor más grande. Los frenos son en todo momento destacados, por la progresividad que pueden ofrecer, ya sea con uno o un par de pasajeros, o con algo más que eso.

Rifter es para ir con la familia en un viaje tranquilo, con mucha disposición de espacio para las 5 o siete plazas y espacio de carga sobresaliente. Mide 4.753 metros de largo, 2.107 de ancho (con espejos), 1.882 de alto y puede alojar hasta 5 o 7 pasajeros, si tenemos esto en cuenta podemos decir que además tiene un inteligente reparto de espacio. Con un precio de 314,900 pesos, es una excelente opción para quienes viajan en familia, y por lo demás, con muy buen consumo de combustible, de hasta 20km/litro.